miércoles, 9 de mayo de 2012

Tom Nero

Temo que William Hogarth sea un gran desconocido en España. No tengo claras las razones para ello más allá de que fue un hijo de la Gran Bretaña cuando España y el Reino Unido eran cordiales enemigos. Hoy, ¿superada? esa fase de procurar sacarnos los higadillos mutuamente hemos pasados a vaciarnos la bolsa recíprocamente. A sus cursos de inglés respondemos con vacaciones etílicas y paellas incomestibles por cualquiera que no sea un hijo de Albión que podría cantar aquello de litros de alcohol corren por mis venas si tuviera la menor idea de castellano, sin embargo el restablecimiento de la tradicional amistad angloespañola (me río sólo de escribirlo) no se ha traducido en un mayor conocimiento de nuestros amigos de los sastres ricos.


Me temo que si preguntásemos en España por el autor de La vendedora de camarones mucha gente pensará que estamos ante una obra de Goya (estoy siendo optimista, en realidad sospecho que dirían que es de Picasso, Chillida, Gaudí, Ronaldo o Messi). En realidad este cuadro fue pintado entre 1740 y 1745 y Goya nació el 30 de marzo de 1746. Hogarth es mucho más que al autor de esta obra emblemática en el arte inglés por su sorprendente modernidad. también fue muy conocido como autor de series de cuadros moralizantes como La carrera de una prostituta o La vida del libertino en los que narra las visicitudes de unos personajes ficticios pero arquetípicos, la prostituta Moll que acaba muriendo de sífilis o el rico heredero Tom Rakewell que después de dilapidar sus bienes en francachelas y puteríos acaba ingresado en el manicomio de Bedlam. Junto a estas series muy conocidas hay otra que siempre me ha interesado, Las cuatro etapas de la crueldad protagonizada por Tom Nero que comienza su carrera criminal, que le conducirá a su mal fin, de esta forma:


metiendo una flecha por el culo a un perro mientras otros niños se dedican a herir a otros animales de formas variadas. El mensaje está claro, si te permites la crueldad con los animales puede pasar a mostrarte igualmente sádico con las personas y eso acaba así


con tu cuerpo empleado en una clase anatomía después de ser ejecutado y con los perros comiendo tus vísceras sin que nadie muestre la piedad que tú tampoco practicaste.
Por supuesto, en todo ello hay un claro non sequitur y mucho de folletinesco. De igual forma que hay gente que maltrata a los animales y no hace lo propio con los seres humanos, hay personas que aman entrañablemente a sus mascotas y te montan un genocidio en cuanto te descuidas.


Así pues, tengamos cuidado al manejar estos argumentos porque son falaces, sencillamente los animales no son seres humanos así que es perfectamente posible odiar a aquéllos y amar a éstos, pero con ser éste un error frecuente no es el único como sabemos todos los que estamos a favor de la prohición absoluta de las corridas de toros. Cada vez que aparece un artículo protaurino en la prensa sabemos que vamos a encontrarnos con un muestrario de falsedades y falacias lo que, por supuesto, supone un magnífica oportunidad de ejercitar el pensamiento crítico que, lo recuerdo por enésima vez, no debe ser empleado únicamente, ni siquiera principalmente, para analizas las afirmaciones esotéricas sino para hacer lo propio con cualquiera actividad que nos interese. Vamos con un ejemplo:

Vargas Llosa: El toro es tratado con inmenso amor, aunque lo ignoren los animalistas.

 Como dice un amigo mío: Eso no es ni siquiera mentira porque la mentira debe tener apariencia de verdad para poder ser creída. No sé que extraña percepción de la realidad sufre el premio Nobel hispanoperuano para considerar que picar, banderillear, estoquear, descabellar y apuntillar a un toro es tratarlo con inmenso amor cuando cualquier otra persona sólo puede hablar de un comportamiento hiriente (y no decimos que es maltrato o tortura porque sensu stricto sólo se puede maltratar o torturar a una persona pese a que el Código Penal diga otra cosa como veremos más adelante). Por otra parte, me hace gracia la pretensión de los protaurinos de que los que nos oponemos a las corridas de toros somos animalistas. A un premio Nobel de Literatura debemos pedirle más precisión en el empleo del lenguaje y saber que ser o no ser animalista no tiene nada que ver con ser pro o antitaurino y ni siquiera con el amor, la indiferencia o el odio hacia los animales sino con realizar o no sus reproducciones artísticas; por otra parte a cualquier persona podemos pedirle que no incurra en la falacia del hombre de paja. Por extraño que pueda parecer a los protaurinos oponerse a las corridas de toros no significa ser animalista. Los toros, como los perros, las pulgas, los mosquitos anófeles... no pueden ser titulares de derechos porque tampoco lo son de deberes. ¿Quiere eso decir que podemos tener con ellos un comportamiento cruel? No, pero no por unos supuestos e inexistentes derechos de los animales sino por pura humanidad (Benignidad, mansedumbre, afabilidad.) que excluye la crueldad. Es, por tanto, una exigencia ética del hombre, no un derecho animal.
Vargas Llosa tuvo una brillantísima intervención. Su verbo encandiló y colmó de esperanza:

¿Y esto de mezclar opinión e información es una nueva política del diario ABC? Tanto más cuando a juzgar por el resumen que hace del contenido de su charla distó mucho de ser brillantísima salvo que brillante y falaz se hayan convertido en palabras sinónimas. Vamos a verlo:
Tengo absoluta seguridad de que Fiesta va a sobrevivir a estos ataques, que también se dan ahora en mi país, Perú: hay más de 200 comunidades peruanas que celebran sus fiestas taurinas.
Por de pronto eso es un claro ejemplo de falacia ad numerum, pero también es una falacia de muestra insuficiente porque en Perú hay más de 7.000 comunidades así que 200 no suponen ni el 3% de las existentes. Además ¿eso tiene reflejo en la situación actual en España? Afortunadamente no, según estos datos que dejan claro el creciente desapego de los españoles con su supuesta fiesta nacional (que no es ni lo uno ni lo otro).

El toro bravo existe porque existen los toros; si no, desaparecería. Es una creación de la Fiesta taurina. Y es un animal privilegiado, tratado con inmenso amor, aunque lo ignoren muchos animalistas. Se realiza en las Plazas de toros.

Curioso. No sabía yo que puede desaparecer lo que no existe. El nombre científico del toro doméstico es Bos taurus. ¿Cuál es el nombre científico del toro de lidia? Esto... Bos taurus. No estamos hablando de dos especies distintas sino de la misma especie. Todo lo más el toro de lidia sería una raza de toro doméstico, pero la heterogeneidad de su apariencia según los encastes de los que proceda impide considerarla como tal. El toro de lidia no es más que el producto de cruces entre distintas razas de toros autóctonas buscando una mayor agresividad (lo que los taurinos llaman bravura), razas que en algunos casos ya han desaparecido sin que los taurinos hicieran nada para evitarlo. Conmueve tanto interés en preservar una pseudorraza y tan poco en hacer lo propio con las razas de las que procede. Más sobre este tema aquí. Por supuesto, sin corridas de toros seguirá habiendo toros de igual forma que existían antes de que se comenzaran a realizar éstas (de verdad que cuando empezaron a celebrarse encierros éstos no se hicieron con caracoles).

La prohibición en Cataluña me ha apenado muchísimo. Viví muy feliz en Barcelona, fui a los toros muchas veces. La prohibición es política: un intento de demostrar que Cataluña no es España.

Echaba en falta la falacia del verdadero escocés (que en este caso es la del verdadero español). No puede oponerte a la mal llamada fiesta nacional si eres un verdadero español, si te opones es porque eres un separatista. Servidor nació en Palencia y es hijo. nieto, bisnieto, tataranieto, retataranieto... de españoles así que en un concurso de españolidad va a ser difícil que me gane nadie y, sin embargo, quiero la abolición de las corridas de toros (y si se produce hoy mejor que mañana).

No fue el premio Nobel de Literatura el único que habló. También lo hizo el Sr. Wert, a la sazón (y espero que por poco tiempo) Ministro de Cultura, Educación y Deporte que también se sumó al concurso de falacias:

No estamos aquí para celebrar simplemente que los toros son Cultura por su capacidad de crear arte, sino que estamos defendiendo que los toros son arte en sí mismos. No debemos adueñarnos del discurso antitaurino. Se puede ser taurino, antitaurino o indiferente si se practica desde la carencia de fundamentalismo.

No sé ni por dónde empezar a señalar las falsedades cometidas. Comencemos por el principio, por Hogarth y su Tom Nero. ¿Sus cuadros (y los aguafuertes realizados sobre ellos) son Arte? Indudablemente. ¿Quiere eso decir que el meter una flecha por el culo a un perro es Cultura? Como la respuesta sea que sí, las próximas actividades del Ministerio pueden ser algo así como "Exposición del artista XXX sobre empalamiento de cánidos" "La saeta en el ano de mi mascota, gran restrospectiva de YYY" Esta reducción al absurdo nos permite apreciar lo que yo llamo la falacia artística, la confusión entre lo que sirve de inspiración al artista, entre su persona y entre su producción artística que son tres cosas distintas mal que le pese al Sr. Ministro. Lo que es Arte y Cultura es la Tauromaquia de Goya, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Lorca... el objeto artístico, lo que crea el artista; pero no tiene por qué serlo lo que le sirve de inspiración, el mundo de los toros, de igual forma que el Guernica de Picasso es Arte y Cultura pero no lo es el bombardeo de la Villa Foral por parte de la Legión Cóndor alemana. Y ya puestos, Sr. Ministro, es Vd. muy amable por dejarnos que el discurso antitaurino lo hagamos lo que somos antitaurinos y no pretenda Vd. adueñarse de él después de decir que el herir a un animal es arte en sí mismo lo que, en buena lógica, convierte el discurso antitaurino en un discurso antiartístico (¡Manda huevos! Y mandó dos docenas...) Así podemos apreciar mejor el inmenso sarcasmo que encierra su coda Se puede ser taurino, antitaurino o indiferente si se practica desde la carencia de fundamentalismo. ¿Cómo se puede ser taurino si no es desde el fundamentalismo (Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida)? Si eliminamos el sometimiento a una práctica establecida y apreciamos entonces como tales la falacia artística y a la falacia ad antiquitatem (esto es tradicional y como es tradicional es bueno) ¿qué queda? Un animal que es herido sin ninguna necesidad ni otra justificación que el negocio, lo que debió entrar en este artículo (el 337) del Código Penal: El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales. Si no lo hizo gracias a ese doméstico o amansado que no tiene ninguna justificación (¿te parece que quemar vivo a un perro es un acto más inhumano que hacer lo propio con un lobo?) excepto la de salvaguardar la fiesta de los toros. Después de eso, ya pueden los taurinos hablar del fundamentalismo ajeno.

Llega el turno a la Presidente (será Presidenta el mismo día que Tina Turner sea una gran cantanta, mal que le pese a la RAE) de la Comunidad Autónoma de Madrid que no se queda atrás en sumar su propia falacia:

La Comunidad de Madrid fue la primera en declarar los toros Bien de Interés Cultural y, por lo tanto, en defender la libertad de los ciudadanos para que disfruten de las corridas de toros. Con ello no se obliga a nadie a ir a los toros, sino que se permite que puedan asistir aquellos que quieran.

No veo el momento en que la Sra. Aguirre declare: La Comunidad de Madrid fue la primera en declarar el botellón (o la tenencia de armas, o el consumo de drogas, o las acampadas en Sol, o...) Bien de Interés Cultural y, por tanto, en defender la libertad de los ciudadanos para que disfruten de los botellones (o....). Con ello no se obliga a nadie a ir a los botellones (o...), sino que se permite que puedan asistir aquellos que quieran. me encanta esta falacia del pseudoliberalismo. Sencillamente cuando consideramos que algo debe estar prohibido (como el trato cruel a los animales, los botellones, la tenencia de armas, las acampadas en la vía pública...) no se puede aducir que permitirlo es un ejercicio de libertad porque a nadie se obliga a hacerlo. Disfrazarlo de Cultura es, sencillamente, un sarcasmo.

¿Faltaba alguien más? La Sra. Alcadesa de la villa de Madrid, Ana Botella, que agotado el repertorio de falacias sólo pudo repetir la milonga de la corrida es Cultura:

Madrid se ha convertido en capital taurina del mundo y los madrileños tenemos que aprovechar para aprender de toros estos días a través de una nueva mirada. Es indispensable preservar nuestro patrimonio cultural.

En esta manos estamos. Que el Gran Pitufo nos pille confesados porque falta nos va a hacer.
 

2 comentarios:

  1. Da pena y asco ver a Vargas Llosa refrendando las idioteces de turno de estos impresentables. Excelente como siempre, don José Luis.

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  2. José Luis, en este caso la falacia del verdadero escocés me parece aplicable sólo en cierto sentido. A mí me gusta más el folclore y la gastronomía castellanos que los correspondientes canarios, pero no por eso soy menos canario.

    Lo que yo entiendo que ha qurido decir Vargas Llosa es que la prohibición de la tauromaquia en Cataluña ha sido usada por gente que odia a España, por nacionalistas catalanes separatistas y demás. Y eso a mí me parece obvio. Lo han usado como un arma arrojadiza de separación, de distinción y de alejamiento del "imaginario colectivo de lo español".

    Evidentemente, se puede ser partidario de la prohibición de las corridas de toros y seguir siendo español, pero esto es algo que a muchos prohibicionistas de Cataluña les hará vomitar.

    Para prohibir las corridas de toros prefiero apoyarme en la generación del 98 antes que en la inmensa mayoría de los prohibicionistas actuales. Al margen de que para mí la corrida de toros tenga indudables valores estéticos, más allá de la muerte, la sangre, los aspavientos del torero y todo eso. Una buena porta gayola es como un mate de Michael Jordan. O como una falta con gol de Cristiano Ronaldo.

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