sábado, 19 de noviembre de 2011

Más tópicos, por favor...

Sorprendente. El Correo publica esta noticia sobre el Guernica de Picasso en la que diversos historiadores niegan las lecturas (nacionalistas) vascas de esta obra. No, no me sorprende eso porque es algo ya sabido por cualquiera que se haya molestado en profundizar sobre la génesis del cuadro del pintor español que se inspiró para su composición en un cuadro de Rubens, Los horrores de la guerra. Además, en el Guernica no aparece nadie tocado con txapela, comiendo chuletones, bebiendo txakolí, levantando piedras ni cortando troncos lo que niega cualquier lectura (nacionalista) vasca. No, no me he vuelto loco (al menos, no más de lo habitual). He puesto esa sucesión de tópicos (ridículos como todos los tópicos) porque me molesta profundamente que los historiadores incurran en ellos:

"Según recordó Fusi (San Sebatián, 1945), la obra fue un «encargo» de la República y, por tanto, «propiedad y patrimonio del Gobierno español». «Por lo tanto, éste no se puede considerar un caso de devolución como la 'Dama de Elche' o el Partenon», añadió Juliá."

Pues si Juliá no hubiera añadido nada habríamos salido ganando. ¿Devolución del Partenón? Que yo sepa el Partenón está en el mismo lugar de siempre, en la Acrópolis de Atenas así que no sé dónde se supone que hay que devolverlo; ¿a la cantera, quizás? Me imagino que cuando dice el Partenón se refiere, en realidad, a los Mármoles de Elgin. ¿Tiene que devolverlos el Museo Británico? Esta institución los adquirió legalmente (se los compró) a Thomas Bruce, conde de Elgin que, a su vez, los había obtenido en Atenas con plena aquiescencia del que entonces era su propietario, el Imperio Otomano. Como no tengo tiempo de andar discutiendo si tenía o no autorización por escrito y en qué terminos estaba redactada dicha autorización (si es que existió) me limito a constatar dos hechos, la Acrópolis era entonces lo que hoy llamaríamos una base militar, una plaza fuerte del ejército turco a la que ni siquiera podía entrar el personal no autorizado y el conde de Elgin no entró y se llevó las esculturas de la noche a la mañana sino que los trabajos comenzaron en 1801 y acabaron en 1812 (¡once años!). Pretender, como hacen hoy los griegos, que Thomas Bruce no tenía autorización del Imperio Otomano para llevarse las esculturas me parece un chiste. Y si la tenía (y los hechos demuestran que sí, salvo que alguien piense que los turcos eran tontos del culo y no se dieron cuenta en ningún momento de que había un escocés llevándose esculturas a plena luz del día y así durante once años) no hay ninguna razón legal para su devolución a Grecia.

Si, no obstante, en el caso de las esculturas del Partenón hay algunas cosas que "quedan feas" en el caso de la Dama de Elche ni siquiera eso. Fue vendido por sus propietarios, la familia Ibarra (Asunción Ibarra era la mujer del doctor Campello, cuyos obreros encontraron la escultura al realizar unos trabajos agrícolas) al Museo del Louvre y durante la II Guerra Mundial hubo un acuerdo de canje entre los gobiernos de Franco y Pétain por el que Francia entregó la Dama de Elche (y otras piezas como la Inmaculada llamada de Soult, obra de Murillo) a cambio de una obra de Velázquez, el retrato de Mariana de Austria, y otra de El Greco. ¿A quién se supone entonces que hay que devolver la Dama de Elche y basándose en qué razones? No entiendo nada. Sencillamente, parece que se está extendiendo el tópico de que todas las obras de arte deben devolverse a alguien por alguna ignota razón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario